El Cairo

Angela María Montenegro Revisando el café al momento de la compra.

Johnnier Arango. Llegar el domingo no es fácil. El tumulto, el polvo o la lluvia, pagar el pasaje, subir el bulto, llegar y darse cuenta que el dinero no alcanza. pero aún así, se sobrevive y de la mejor manera.

Carlospineda En la tienda de don Duván se encuentra un espacio lleno de sorpresas, un globo terráqueo que cuenta historias y las dibuja, varios cajones llenos de granos de fríjol, de maíz, las viejas pesas, una romana, dos cuartillas, tres puchas y un hombre amable y sabio, don Duván.

Alexis Gómez Camino a casa, el cerco de guadua y el poncho que nunca falta.

Juan Pablo García La imagen del indio de los cigarrillos Pielroja está presente hasta en los rines de los jeeps que recorren la región. Un símbolo muy colombiano a pesar de mostrar un indígena de Norte América.

Johnnier Arango. Simplemente mirar la horizonte y dejar la mente en blanco. Ignorar el entorno difícil y concentrarse en el momento. Calle de los Pérez

Alejandra Serna Una típica escena rural, el camino cargado de polvo, las flores, la casa roja y el jeep que pasa camino al pueblo.

Angela María Montenegro En la esquina de «La tienda de Miro» para el jeep para terminar de cargar las remesas y gente que van a la vereda Guayaquil.

Carlospineda Don Naval Emilio Cifuentes conserva y trabaja en su talabartería. Dice que los tiempos cambian y el trabajo disminuye, «que ahora está duro y que le ha tocado jornaliar»

Johnnier Arango. “Este es el mío, lo acabo de coger” No me lo dijo pero estaba en sus ojos. Orgulloso de ser recolector y de hacerlo en su tierra y no tener que migrar. Vereda Llanogrande

Juan Pablo García Las montañas que rodean El Cairo siempre nos brindan sorpresas nuevas, llenas de luz o llenas de niebla, o combinando luz y niebla, un espectáculo maravilloso que queda grabado en nuestras mentes y sentimientos.

Carlospineda La luna mañanera se desliza por los tejados mientras la luz la arropa y la guarda para la noche siguiente.

Carlospineda Un día que comienza y llama a repetir la tranquilidad de todos los días.

Carlospineda Que gran fortuna estar en la vereda Las Margaritas, llena de gente amable, bella y trabajadora. Estuve allí dando un taller de foto a niños de la vereda y recorrimos toda la vereda y sus fincas, oliendo el aroma fresco de los cafetales y los árboles que hacen sombra, tomando el delicioso café que los campesinos mismos siembran, cosechan y procesan, comiendo guayabas frescas, zapotes, mandarinas, guamas, si, guamas y uchuvas y disfrutando de este delicioso jugo de naranja después de ascender por una cuesta pronunciada y vertiginosa. Que cosa tan deliciosa disfrutar del jugo, sentado en un corredor y observando el paisaje.

Juan Pablo García La caperucita roja en el día de las brujas.

Carlospineda Un buen comienzo para un día de fotos, casa al frente de la entrada al hostal.

Johnnier Arango. La mezcla singular de luz, sombra, barro, bahareque y paisaje, evoca mas de un momento en miles de almas que ahora desde la urbe de cemento añoran aquel pasado que no ha de volver. La finca siempre será el lugar de regreso.

Alejandra Serna La alegría de llegar !

Carlospineda Los días transcurren de una manera apacible , el carpintero trabaja tranquilo en la calle, un hombre llega con un racimo de plátanos, en el jeep esperan por alguien. El afán, la prisa, el stress de las ciudades grandes aquí nunca va a existir.

Maria Alejandra Vallejo Niño disfrazado de campesino el día de las brujas.

Alexis Gómez Un juego simple de forma y color

Alejandra Serna Los cercos de guadua son los más comunes en toda la región del PCC, además de prácticos siempre ofrecen visiones que cambian con la hora del día y el estado del tiempo.

Juan Pablo García Maria Alejandra sonríe desde la ventana, una aparición de la sonrisa y la belleza.

Alejandra Serna En el día de las brujas recordando a un viejo personaje del pueblo.

Alejandra Serna Retrato el día de descanso. Este día se aprovecha para avanzar en los trabajos de la nueva casa a orillas del camino.

Carlospineda Un contraste poco amable. Antes había una bella iglesia que todos recuerdan, la de ahora a casi nadie le gusta.

Alexis Gómez Doña Adela y su fábrica de arepas en la Carrera cuarta con calle 6. Ella madruga todos los días para tener listas las arepas que quedan deliciosas asadas al carbón.

Alexis Gómez Don Antonio Romero conocido en le pueblo como el «negro nieves», llegó al Cairo a la edad de 12 años después de escaparse de su casa con una prima con quien vivió tres años andando por los pueblos del Chocó y norte del Valle

Carlospineda Lo indispensable, el poncho, el sombrero, el rejo, el zurriago, una hamaca…

Angela María Montenegro El hombre del serrucho, siempre listo para cualquier arreglo que le pongan.

Alejandra Serna Aquí en El Cairo se maneja aún en muchas tiendas las antiguas medidas de peso. Aquí una pucho de maíz.

Carlospineda Los tonos fuertes reproducen la gama cromática de la naturaleza rural, de sus productos y frutas.

Alexis Gómez Rana de Cristal. «centrolene grandisonae», fotografiada en la reserva natural del Cerro el Inglés. Fotografiada de noche en su habitat mientras cuidaba de sus huevos, es de anotar que son los machos quienes cuidan los huevos.

Juan Pablo García El circo, el circo de pueblo, de payasos humildes llenos de alegría a pesar de las dificultades, llenos de humor que contagia. Que nunca falte el circo.

Carlospineda Los colores tradicionales y sus combinaciones empiezan a cambiar como o se observa en la casa roja y blanca. Me parece que esto empezó a cambiar desde el terremoto de Armenia, Quindío y de acuerdo a mis observaciones mas precisamente en Salento. Si alguien tiene información al respecto sería bueno saber.

Juan Pablo García Golpe de luz en las fachadas de las casas que rodean el parque de El Cairo.

Carlospineda El día domingo es un día animado y la tienda tradicional de don Miro se llena de campesinos que llegan a comprar la remesa (el mercado) para la semana. Allí se escuchan las últimas noticias de las veredas, como ha sido el clima los últimos días, como va la cosecha, se habla de los animales con cariño y nunca faltan los cuentos de espantos, duendes y brujas.

Juan Pablo García Un encuentro maravilloso con la luz y la sombra, con la figura de una chapa que nos conduce a la imaginación, al misterio de lo que esconde.

Carlospineda En El Cairo siempre hay sorpresas, en un momento la calle está soleada y a los poco minutos nublada, con una visibilidad de pocos metros. Jugar con la niebla, jugar con el sol, con lo que aparece y desaparece.

Carlospineda «Don Efra» y su asistente. Una de las grandes sorpresas en El Cairo es este café. Aquí se toma un delicioso café que don Efra mismo siembra y procesa, además es un sitio genial para conversar, escuchar las historias de los pobladores mas antiguos de El Cairo y escuchar música clásica. Si viene a El Cairo este es un sitio obligado para disfrutar el mejor café de la región.

Alejandra Serna Dos protectores, el candado y la cruz

Angela María Montenegro Una mañana fría, para ruana.

Angela María Montenegro Foto de familia en las afueras del pueblo.

Alexis Gómez El señor que vende el límpido que el mismo fabrica. Se le conoce en el pueblo como «límpido».

Angela María Montenegro Las sonrisas siempre alegran el día, y la gente de El Cairo siempre está dispuesta con una sonrisa que alegra.

Juan Pablo García El día de los brujos, de las brujas, los niños se disfrazan de atuendos típicos y recorren las calles alegres.

Juan Pablo García Además de la arquitectura, colores y texturas, la sonrisa del bebé expresa un sentimiento de alegría, pues está mostrando lo que somos los Cairenses.

Carlospineda Don José Ismael Villegas llegó con su familia hace cinco años desde el Caquetá, llegó desplazado como muchos otros. Allí tenía una finca grande que había levantado desde hace treinta años, junto al río, con mucho pescado y muchos sueños por delante. Luego me dijo: «pero un día llegó la farc y me obligó a abandonar la tierrita». El gobierno le dio una parcela de cinco hectáreas cerca a El Cairo, el la cultiva y además tiene su pequeña tienda de chatarra y de objetos antiguos que «cambalachea» o vende.

Angela María Montenegro Organizando la remesa en la Tienda de Miro.

Angela María Montenegro De regreso a casa con los dos mejores amigos, su caballo y su perro

Juan Pablo García La colección de sombreros para diferentes actividades acompañada de un rayo de luz que se filtra por las rendijas.

Angela María Montenegro Una solución un poco rara y pintoresca para la entrada a casa.

Alejandra Serna Ajustando y clavando las herraduras.

Alexis Gómez Campesinos que vienen de la vereda la Sonora el día domingo, día de mercado. La diversidad étnica es evidente en el Cairo, donde habitan comunidades indígenas Embera Chamí, Negros desplazados por la violencia, así mismo llaneros y caucanos.

Johnnier Arango. La mejor forma de comenzar el día, un buen chocolate, arepa, calentado, tajadas fritas. Todo en un buen fogón de barro y leña del cafetal. Finca El Lote Vereda Las Margaritas

Johnnier Arango. Admirar aquellas personas que han cultivado, labrado, construido nuestra tierra. Respetar sus años de experiencia, reconocer sus obras e incluso recordar sus pecados. Nuestra historia está escrita en cada cicatriz, en cada palabra de nuestra gente.

Johnnier Arango. Contrasta la belleza de lo simple con nuestra capacidad de ignorarla. El Crucero El Cairo, Valle del Cauca

Juan Pablo García Es interesante ver que la mayoría de los andenes de El cairo están grabados con imágenes que van desde lo puramente geométrico a representaciones de la cultura popular.

Maria Alejandra Vallejo Juegos de luz y color.

Juan Pablo García La chiva, línea o bus escalera, recorre los caminos mas hermosos cargadas de todo cuanto se pueda imaginar.

Johnnier Arango. El PCC de El Cairo es singular. Lo noté de manera completa hace poco. Aquel bosque en la parte derecha inferior de la foto es un cafetal. A diferencia del resto del eje cafetero aquí el café es bosque y sus aromas son únicos. Ha llegado la época del cambio absurdo y es ahora cuando muchos creen que el sombrío sobra y que el café debe sobrepasar al bosque. Puerto Buñuelo, paraje de la vereda Llanogrande. A orillas del río Bonito.

Juan Pablo García Una toma a contraluz de la Iglesia.

Johnnier Arango. Mirar desde el otro lado es aún mas divertido si no lo proponemos. Buscar en cada rincón la luz que se filtra disimulada o simplemente dejarnos sorprender por el reflejo rebelde que suele pasar inadvertido. Un poco mas abajo de la calle de Los Pérez, como yendo hacia la vereda La Selva.

Carlospineda A veces una espera larga, otras veces sólo un ratico. En El Cairo el tiempo se detiene y se manifiesta en estas escenas. Casi todas las casas de El Cairo tienen su solar donde se cultiva maíz, fríjol, coles y otros productos; una dicha, un privilegio que todo el mundo debería tener.

Carlospineda Lo simple y tranquilo de la mañana tempranera.

Johnnier Arango. Disfrutando la tarde

Maria Alejandra Vallejo El gato curioso.

Johnnier Arango. La pucha, el quintal , la cuartilla son medidas para sólidos que para el caso de la pucha siguen siendo ampliamente usadas en El Cairo. Son parte de nuestra historia y tradición. Granero Ángel

Carlospineda El además de carpintero talla la madera y hace cosas hermosas que primero dibuja y proyecta.

Johnnier Arango. Ser chofer en el Paisaje Cultural Cafetero no es solo saber conducir el carro. Es también ser mecánico, bulteador y sobre todo persona. Además, el gremio de los conductores es reconocido por su creativa y a veces inoportuna habilidad para colocar sobrenombres a los integrantes de su comunidad. En la foto: Cuchipe.

Angela María Montenegro El día domingo en la tarde se regresa a la finca con la remesa o mercado. Los jeeps o «yipaos» como se les conoce en la región van atestados de gente y bultos

Juan Pablo García Así es la arquitectura en El Cairo Valle, un poco rara pero hermosa, a veces al observar una imagen así nos da risa por el tamaño y la forma de la ventana, pero si miramos bien nos llevamos una grandiosa impresión.

Carlospineda Secado de café en el parque aprovechando el sol. Esta es la iglesia nueva que remplazó la vieja y bella iglesia que la mayoría de los cairenses recuerdan con cariño y nostalgia pues esta nueva a casi nadie gusta. Caprichos de cura ? parece que si.

Juan Pablo García Princesa en el día del halloween o día de las brujas.

Juan Pablo García La casa del centro alguna vez fue una tienda llamada la «movida chueca». Observada desde el kiosco del parque.

Carlospineda Esta tarde regresaba de la vereda Las Margaritas, encantado del silencio, de la gente amable, del canto de los pájaros, del sol que a ratos jugueteaba con la niebla, de la sonrisa de la naturaleza. Llegaba empapado de sudor, de dicha, de esperanza, de la alegría que transmite lo simple y honesto. Llegué a la fonda y justo en ese momento pasó la chiva que venía de Cartago para El Cairo, en ella me monté y recorrí con la mirada las sorpresas que el camino ofrecía. Un día maravilloso que queda con un sabor dulce en la memoria.

Carlospineda Peluquería o sala unisex «Karisma», situada en la calle principal de El Cairo. El poncho espera mientras su dueño está pendiente del corte y escucha el partido de fútbol; la banca en guadua espera por otros clientes.

Juan Pablo García La calle del taller de las motos.

Carlospineda El camino principal en la vereda La Margarita me hace recordar los versos de Antonio Machado. «Los caminitos blancos se cruzan y se alejan, buscando los dispersos caseríos del valle y de la sierra.»

Alexis Gómez La señora muy contenta por tener la foto que días antes le han tomado. Es un día domingo en que ella sale a misa siempre luciendo sus vestidos domingueros llenos de flores y esperanza.

Alejandra Serna El jeep que llega con café

Alexis Gómez Dos chicas llendo a una celebración religiosa.

Alexis Gómez Amancer en Carrizales, sobre la cordillera occidental.

Carlospineda «077» tan simple y tan bonito jugando con el color de la puerta y las aldabas.

Alexis Gómez Llevando su ganado a otro potrero, ya que en el otro potrero se acabó el pasto.

Alejandra Serna Disfrutando del sol después de ir a misa un día domingo.

Angela María Montenegro Dos símbolos de la región, la chiva o bus escalera, o línea, junto a la imagen del Corazón de Jesús.

Johnnier Arango. Sonrisas gratis a cada momento nos regala nuestro paisaje. Nuestra gente amable y cordial saluda sin pensarlo dos veces, y en cada saludo una dosis de sonrisas y calor campesino. Calle de los Pérez

Carlospineda Ejemplo claro de la utilización de la guadua, implementada como «bahareque rústico».

Angela María Montenegro Salir a mi jardín en las mañanas y ver esa variedad de colores y plantas, entre ellas medicinales con un gran paisaje de fondo, es algo que me alimenta todos los días.

Alexis Gómez Don zacarías Bonilla llegó a El Cairo en 1945, proveniente de Neira, Caldas. Aquí posa con su ruana hecha en Marulanda, Caldas.

Alexis Gómez Mula vista desde el interior de la iglesia Nuestra Señora del Carmen.

Johnnier Arango. Un poco mas seguros se siente la gente al caminar por las calles de El Cairo, al dormir bajo su cielo. Quedan los vestigios de la seguridad improvisada hace tiempo, hoy se le puede conocer como el pueblo de los candados, ya lo veremos.

Carlospineda Un viejo oficio que como otros viene desapareciendo. El es la única persona que arregla los serruchos en El Cairo, nadie mas lo sabe hacer, y cuándo ya no esté ?

Carlospineda Pedaleando con su maquina a cosido varias veces el mundo

Johnnier Arango. Ya en la tarde, una visita a la tienda del cementerio es normal. La niñez juega a menudo con nuestras mentes endurecidas de adulto.

Johnnier Arango. Siempre he escuchado: “la tierra no es mugre” y es por eso que de niño y aún ahora considero al hecho de jugar con tierra algo de lo mas sublime. Construir un túnel, una casa, un castillo o un mundo entero con nuestras manos, no hay mejor momento de felicidad infantil. El Cairo es uno de aquellos pueblos en los cuales el tiempo parece haberse detenido a veces. Una imagen como esta nos lo comprueba

Angela María Montenegro El que tenga tienda que la atienda. Pareja propietaria de una tienda de esquina, bien surtida y con una atención maravillosa.

Alexis Gómez Salamandra del género bolitoglossa en la resreva natural Cerro el Inglés. Fotografía tomada en la noche con el flash compacto de la cámara.

Carlospineda Tienda a la salida del pueblo, en la vía que va a las veredas de Guayaquil, La Miranda y otras. El encanto de las estanterías y los antiguos frascos para los dulces se conjuga con la maravillosa atención de sus dueños, una atención cálida que evoca la amabilidad de los cairenses.

Johnnier Arango. Pobres pero honrados y creativos también, además de limpios y ordenados. Barrio El Recreo

Angela María Montenegro El día domingo es de reunión, de compartir las últimas noticias, de hablar del estado del tiempo, de cómo va la cosecha y también de disfrutar de una cervezas antes de volver a casa.

Angela María Montenegro Don Braulio Castillo (entre los dos caballos y vestido de azul) regresa acompañado de amigos y familia a su finca La Esmeralda en la vereda Guayaquil.

Carlospineda Don Duván, siempre amable y lleno de historias. Una tienda maravillosa.

Carlospineda Una de las primeras calles que uno se encuentra cuando se llega de Cartago a El Cairo, armónica y colorida. Algunas de las puertas que antes eran de madera ahora son de metal, pero sus habitantes tratan de conservar el estilo.

Carlospineda La gallera en la noche, la actividad de muchas noches.

Carlospineda Disfrutando la mañana tranquila y apacible en las caminadas por el pueblo.

Alexis Gómez Parque de el Cairo,»Esquina de la Chueca», se le llama así porque en la esquina existía una tienda tradicional llamada la «Movida Chueca».

Alexis Gómez En el Cairo aún las mulas llegan cargadas de café, vienen desde lejanas veredas los domingos que es el día de mercado.

Alexis Gómez Los caficultores llevan su café los domingos a una de las compras de café en el pueblo, situada en el parque.

Carlospineda Por lo general las viviendas ubicadas alrededor de las plazas en los pueblos son de dos pisos, manteniendo una imagen de poder y de historia, al ser la mayoría de estas las que crearon los fundadores y que ahora mantienen sus herederos.

Carlospineda Doña Adela y su prima o hermana, nunca lo tengo claro, pues siempre bromean conmigo, a veces las confundo y se burlan con gracia de mi. Todo los días a la madrugada, llueva o haga sol, ellas sacan la caneca que sirve de asador y la mesa con su mantel de plástico, una de ellas se encarga de la masa y la otra de cuidar las arepas que no se quemen. Es una delicia las arepas y especialmente las redondas para acompañar la sopa.

Alexis Gómez Señora asomada en la ventana. Calle de los Pérez

Angela María Montenegro Niños jugando. Por suerte aquí las calles se llenan de niños jugando juegos tradicionales, muchos de los cuales ya han desaparecido en otras regiones.

Carlospineda Un detalle de un viejo portón y las huellas del tiempo.

Alexis Gómez La gente del campo que llega de sus veredas guarda los caballos donde Pacho, allí los herran, les dan miel, pasto y caña y los cuidan con mucho cariño. Es una especie de parking equino mientras la gente merca

Alexis Gómez Descanso en la puerta-ventana. Es muy común en los pequeños la gente que se asoma en las ventanas, para contemplar el paisaje o comunicarse con los vecinos.

Johnnier Arango. La periferia de El Cairo es un sitio en donde los olvidados viven. Poco atendidos por nuestro gobierno y casi ignorados por nuestra gente, crecen niños con un futuro incierto. La pobreza se les sube por sus pies descalzos.

Johnnier Arango. Sin mayores recursos económicos que permitan hacer las restauraciones necesarias, las personas buscan entre su creatividad, la forma de mantener su vivienda lo mas bella posible. Muchas veces esos retazos visuales que nos ofrecen son el vivo significado de que la escasez de recursos no vence el orgullo y de que hay mucho por hacer si queremos recuperar uno de los atributos mas visibles del PCC, la arquitectura. Trapiche de la familia Franco

Carlospineda Tienda tradicional, allí es posible comprar por «puchas», por «cuartillas», antiguas medidas de peso.

Alexis Gómez Don Pacho, el señor que guarda los caballos llendo en bicicleta a la plaza.

Carlospineda La vitalidad cromática está presente en todo el casco urbano, algo que alegra e invita a la contemplación.

Alejandra Serna Aquí en El Cairo se maneja aún en muchas tiendas las antiguas medidas de peso. Aquí un contenedor llamado pucha.

Juan Pablo García El carpintero de pueblo es también un artista que esculpe imágenes que adornan muchas hogares de El cairo.

Carlospineda Antigua entrada al Cairo llegando desde Cartago.

Johnnier Arango. Los techos de teja de barro cocido son tal vez uno de los elementos que mas me atraen de la arquitectura en los pueblos de Colombia. El Cairo no es la excepción, y aunque el cambio de teja a zinc se ha notado en las últimas décadas aún queda mucho por apreciar. De barro eres y al barro volverás. Calle de los Perez

Johnnier Arango. Cada persona es invaluable, es hilo de este tejido llamado Paisaje Cultural Cafetero.

Alejandra Serna El jeep llega cargado de panela, gente y café, y regresa cargado con las remesas para la semana. El cultivo de la caña fue fundamental en el desarrollo de la colonización antioqueña pues de ahí se sacaba el aguardiente para alegrar las fiestas y parrandas en las fondas del camino.

Carlospineda Una «pucha de maíz». Para mi fue un encuentro con el pasado, me parecía un sueño que después de muchos años pudiera ver esta antigua medida de peso ya casi desaparecida. Venir a El Cairo es entrar a un mundo mágico en que el pasado es presente.

Johnnier Arango. La vida urbana en El Cairo no existe prácticamente. Muchas personas aún estando en el casco urbano parecen y se siente como en el campo. La periferia es una zona llena de lugares asombrosos. Vivir allí es estar en una finca pero con acceso inmediato al pueblo. Sin embargo es el sitio en donde están ubicadas las familia en mayor estado de pobreza, las familias olvidadas y muchas personas que solitarias transcurren su vida en ese ir y venir casi ignoradas. Barrio El Recreo

Angela María Montenegro Una mula como Conchita, la que acompaña a don Juan Valdés

Carlospineda Un domingo de regreso a casa, el perro siempre fiel, un tulipán brasileño, las cercas de guadua, el camino sin afán.

Juan Pablo García Dos medios de transporte tradicionales, básicos en la región. Aquí una familia está de «trasteo» con sus «corotos».

Alexis Gómez Las ventanas llenas de colores, armónicos y alegres. La señora observa, recuerda y la nostalgia la acompaña.

Johnnier Arango. Diferentes factores, procesos, tratamientos, dan origen a diferentes tipos de café que separados por su calidad son comprados a diferentes precios. No obstante es común ver a campesinos vender café de variedades tradicionales, cultivado bajo condiciones orgánicas, libre de venenos y que aún así entra al mercado como café convencional. Las condiciones que aseguren esa diferenciación y beneficien a quienes cultivan un café ambientalmente amigable no son del todo efectivas. Es mucho lo que hay que decir sobre la caficultura colombiana.

Alejandra Serna Las ollas relucientes seguirán así, pues el cuidado y limpieza que les dan las mujeres del campo es de lo mas bonito para ver.

Carlospineda Geometría y color

Johnnier Arango. Cada quien es persona, es ser, merece respeto. Doña Mery Mesa descansa un momento

Carlospineda Las perspectivas que ofrecen las calles del Cairo invitan a detenerse y observar, imaginar historias, navegar por sus colores, recrearse con la vista y soñar.